En representación del movimiento cooperativo de América Latina, la presidenta de la Cooperativa Eléctrica de la localidad de Ibarlucea expuso sobre el Pacto Cooperativo por la No Violencia de Género en la conferencia global de la ACI
Desde Kigali, la ciudad anfitriona de la conferencia internacional de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), Gisela Wild contó cómo fue su presentación ante cientos de personas de diversos continentes. Por suerte, los recursos que brinda la tecnología nos permitieron una charla a distancia para comprender la importancia de ese momento para el cooperativismo de América, y en particular, para el argentino.
Gisela Wild junto a otras mujeres que integran el Comité de Equidad de Género de Cooperar, militan desde hace más de dos años el Pacto Cooperativo por la No Violencia de Género, elegido como caso para presentar en la reunión de la ACI.
“Si bien tengo algunas experiencias en eventos internacionales, tenía un poco de temor que, ante tanta cantidad de idiomas, y en un continente tan distinto como el africano, el mensaje no se hubiera interpretado. Y la verdad es que después que termine de exponer se acercaron personas de distintos países, recuerdo Ruanda, Turquía y Camerún, a preguntar detalles y a expresar que ellas entendían que esta experiencia podría trasladarse a sus países. Fue una experiencia emocionante”.
Sobre la conferencia en general, Wild destacó el potente mensaje de la ACI al convocar al cooperativismo del mundo en este país. “Para la sociedad de Ruanda y para el gobierno local, el modelo cooperativo es una posibilidad de reconstrucción en términos políticos y económicos”.
La posibilidad de conocer otras experiencias cooperativas nos pone en perspectiva como sector y la primera conclusión de Wild es que “los problemas son prácticamente los mismos en todos lados: mucha participación de mujeres en las bases y pocas en los cargos dirigenciales. Incluso hay cooperativas integradas prácticamente por mujeres, pero que tienen como presidente a un varón. Es algo que se repite en todos lados”.
A diferencia de nuestro país donde hay un gran desarrollo del cooperativismo de servicios públicos, en el resto del mundo casi no hay experiencias similares, destacó la represente argentina que, además, preside la cooperativa de energía de Ibarlucea, en Santa Fe.
“Hemos visto muchas cooperativas de mujeres, de India, por ejemplo, vinculadas a la producción artesanal o al cooperativismo de trabajo.”
¿Qué posibilita el Pacto?
“Permite poner el tema de la violencia de género en las agendas de los consejos de administración de las cooperativas. Además, permite generar vínculos con la comunidad, algo relacionado con la práctica de nuestros principios y valores”
En Argentina, unas 45 cooperativas lo han suscrito.
Balance
Sobre los avances en cuanto al Pacto, señaló Wild, hace poco menos de un mes Cooperar aprobó su protocolo de acción ante situaciones de violencia de género, uno de los compromisos expuesto en los nueve puntos que tiene el Pacto.
“Para nosotras fue un trabajo intenso en coordinación con el área legal de Cooperar y pensando en generar una herramienta que otras cooperativas u organizaciones puedan tomar como ejemplo, ya que está adaptada a nuestra identidad cooperativa. Nosotros tenemos leyes laborales que protegen a la mujer en lo que hace a la violencia de género en el trabajo, pero las cooperativas tenemos una dimensión política que a veces queda en un lugar muy difuso. Este protocolo busca dar una respuesta a cómo reaccionar ante ciertas situaciones”.
En cuanto a lo que falta, “hay potencialidades que fueron surgiendo como el armado de una red de cooperativas que estén comprometidas con esto, generar instancias de mayor comunicación, actividades más coordinadas. Esto es como un pendiente que no estamos pudiendo asumir y tienen que ver con el tiempo, con las posibilidades y los recursos”.
Fuente: https://www.elciudadanoweb.com
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